Mucho ruido, poco pisco
- Paula Rojas A.
- 5 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Esta Visita a Chipe Libre es triste porque constatamos que simplemente desmejoró mucho desde las primeras veces que lo visitamos.
Se mantiene una cuidada estética en los cocktails, pero la calidad de ellos es muy menor, al igual que la atención que siendo gentil parece ser poco el personal o dan preferencia a ciertos clientes y a otros los dejan de lado.
La comida es buena aunque algo aceitosos algunos platos, eso sí sirven bien caliente, casi sacado del fuego, lo que es bueno, no se demoran demasiado.
Pero lo principal, el pisco, que es el protagonista es más bien secundario. Al pedir que un trago fuera un poco más seco, sin tanta azúcar y rellenos, nos indicaron que era una característica de sus tragos que fuesen dulces y si pides que sea más seco te cobran extra, si es limón también. Por lo tanto tomé una carísima y azucarada limonada, en lugar de un pisco sour.
Otro detalle diferente es que el trago es elaborado bajo el mesón, por lo tanto no ves lo que preparan.
las dos primeras visitas fueron muy buenas, claro que al empezar es así, pero sería bueno que la caída no sea tan dramática y si uno pide un trago más seco que no se cobre por esto ya que es una solicitud de las características de lo que vas a consumir.
El lugar es muy bonito, cuidado y con espacios amplios donde esperar a tus amigos. La atención fue esta vez muy amable y el cóctel Diva, bellísima su preparación, lo recomiendo para días más fríos, es una combinación de pisco, jugo de piña, café, chocolate y cardamomo.
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